¿Qué onda con la infidelidad?

Uno de los temas que vienen a flote a la hora de hablar de la energía del amor es la infidelidad; por qué atraemos eso, porque el otro si tiene la culpa, siempre soy víctima de la infidelidad…

La realidad aquí es que la infidelidad es una consecuencia de mantener conductas violentas disfrazadas de “amor” o de “buenas intenciones” por un presente prolongado.

Muy importante… Si te fueron infiel, esto no significa que no te duela, es una experiencia que sin duda, tiene un impacto fuerte a muchos niveles. Esto tampoco significa que eres responsable de las conductas del otro, pero tampoco eres su víctima. Ponerte de su víctima sería serte infiel a ti mismo; sería ser infiel a tu poder, a tu capacidad, a tu valor y a tu paz.

Si fuiste infiel, esto no significa que la inconsciencia con la que cargamos no tenga consecuencias e impacto en la vida de los demás. Si fuiste infiel, hay que enmendar el daño, haciéndote responsable de tus acciones, reconociendo tus fallas, y NO poniéndote de trapo para que la otra persona haga lo que quiera contigo. Esto sería serte infiel a ti mismo. 

La verdad, yo soy de la idea, de que ninguno de nosotros es “mala persona” adrede, o con propósito. Solo somos inconscientes (a diferentes niveles). La inconsciencia también nos hace “inocentes”. No justifica nuestras acciones, pero puede liberarnos de la culpa de no saber o no conocer una mejor opción.

Algo que nos puede llevar al resultado de la infidelidad, ya sea hacia uno mismo o hacia nuestros vínculos es la gran falta de comunicación. No somos brutalmente honestos por pánico. Esta conducta de disfrazar la realidad también es inconsciente. La cultura nos ha enseñado que comunicarnos tal cual somos es inadecuado, “too much”, símbolo de debilidad, porque uno, al expresarse, se vuelve vulnerable; y en esta jungla uno tiene que ser fuerte e indestructible. Son muchas las creencias creando una realidad desde aquí.

Somos seres individuales y sociales. Somos AMBOS. No podemos cancelarnos ninguna de las dos. Se trata de tomar la individualidad y presentarnos a nuestros vínculos completos y honestos, siempre honrando el derecho a comunicarse.

Tenemos un montón de necesidades no cubiertas por el simple hecho de que somos un proceso en auto descubrimiento, pero nos da vergüenza expresarlas; es más fácil jugar a las indirectas, a las adivinanzas, a querer que el otro me adivine y luego me lo de, justificamos, evadimos nuestras emociones minimizando lo que nos toca: INTROSPECCIÓN,  REFLEXIÓN, RECONOCER NUESTRAS FALLAS Y VOLVER A ELEGIR; y lo más importante que atropella la mayoría de las relaciones es que EVADIMOS CONVERSACIONES INCÓMODAS. 

¿Por qué nos cuesta tanto trabajo reconocer nuestras fallas, ser vulnerables, comunicar nuestras necesidades o nuestra realidad? ¿Por qué? Por ego. Por orgullo. Esto también es inconsciente. El orgullo se instala en el corazón y crea enormes barreras anti amor, separándote cada vez más de lo que SÍ es el amor.

Reconocer nuestras fallas es ponernos vulnerables y esto es lo que incomoda. Pero… Sin reconocimiento de nuestras fallas no hay evolución. No somos perfectos, todos tenemos fallas, es mejor ser humildes, reconocerlo y salir de ese hueco, que seguir sosteniendo la tóxica perfección. Lo único que suaviza la mente, es la humildad.

Intentar construir una pareja desde una perfección ilusoria no solo es violento, también es falso y lo más lejano al  amor. Las parejas no se buscan ni se encuentran, se construyen en el tiempo y a base de conversaciones incómodas que impulsen el crecimiento y la evolución. Ninguna relación de pareja sana y de largo plazo se construyó sin conversaciones incómodas. Si no eres capaz de sostener tu incomodidad contigo, tu vulnerabilidad contigo, estas en esta misma comunicación fallida; y como eres contigo, serás con el otro. Cada vez que te minimizas o te evitas, estás siendo infiel contigo mismo. Encarnas esa energía y ¿con qué vas a conectar?… Con aquello de la misma frecuencia🙄. 

¿Puedes ver cómo te estás siendo infiel a ti mismo?

¿Qué no te has dicho? ¿Qué has estado evadiendo?

¿De qué manera has ignorado y silenciado tus necesidades?

¿Qué conversación estás dejando para “después”?

¿Cómo estás jugando a la perfección?

¿Qué fallas no has querido reconocer?

Y… ¿Qué precios estás pagando por mantener toda esta inconsciencia? 

Siempre hay otras posibilidades… Te invito a empezar este camino de autoconocimiento  por la MasterClass de la Energía del Amor, en donde la primera relación que empezarás a sostener en el amor es la tuya, contigo.